Combatir la crisis económica y al mismo tiempo la climática implica una importante inversión en energías limpias en las viviendas y las infraestructuras. «La gestión de la crisis financiera mundial requiere un estímulo masivo a nivel global», declaraba el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante la conferencia celebrada en Poznan (Polonia), durante el pasado mes de diciembre. En su opinión, «gran parte de estos gastos deberían transformarse en inversiones en un futuro más verde, que combatan el cambio climático y creen puestos de trabajo ecológicos».
El cambio climático y la crisis en la UE
Los eurodiputados también se reunían durante el pasado otoño para debatir acerca de la crisis económica mundial y el cambio climático y ofrecían su opinión al respecto: para el francés del Partido Popular Europeo Joseph Daul, «combatir el cambio climático y promover las innovaciones ecológicas nos permitiría relanzar la economía europea y la industria a medio plazo». Por su parte, el diputado holandés del grupo Independencia-Democracia Johannes Blokland, y el socialista sueco Jan Andersson, lamentaron que algunos gobiernos hayan intentado tomar la crisis económica como un pretexto para ralentizar la lucha contra el calentamiento climático. «Debemos actuar al contario: invertir en investigación, desarrollo, tecnología medioambiental y una nueva infraestructura más respetuosa con el medio ambiente que la que tenemos actualmente», afirmaba Andersson. En la misma línea se pronunció el diputado italiano de la Izquierda Unitaria Europea Roberto Musacchio, quien señalaba que el medioambiente no debe verse «como un problema para la economía, sino como la clave de la solución».
Sin embargo, hay quien piensa que las inversiones verdes no lograrán los resultados esperados hasta dentro de muchos años. Otros incluso cuestionan el concepto de «inversión verde». Así, el eurodiputado polaco del grupo por la Europa de las Naciones Ryszard Czarnecki opinaba que el crecimiento económico y la lucha contra la subida del paro son problemas mucho más importantes que el cambio climático.
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Fuente: Parlamento Europeo/ Consultas a la Ciudadanía Europea.